"Aquellas personas que no están dispuestas a hacer pequeñas reformas, no estarán nunca en las filas de los hombres que apuestan a cambios trascendentales" Mahatma Gandhi

lunes, 29 de marzo de 2010

Ya nada volverá a ser como antes

Hace una semana y un día que volví de Nicaragua. Llevo una semana y un día en España, en mi casa, en mi realidad. Esta semana ha sido un estar y no estar, perdida en mi vida, mi entorno y mi gente, apática y rara, diferente. Sin saber por donde encauzar mi futuro y en un mundo en el que ahora más aún, las injusticias son más notables. Desubicada con lo que me rodea, sin encontrar mi lugar y sin realmente asimilar o entender dónde había estado o dónde estoy ahora.



Por fín, ayer empecé a encontrarme. Puede que todo empezara tras haber compartido dos días con aquellos que un día decidieron emprender este camino a lo desconocido. Allí, en Baños de Montemayor, en el mismo punto dónde empezó todo, dónde nos conocimos, pero ahora todo era diferente. Resultaba raro verles en otro entorno, con ropas de invierno y vestidos con ropas de galas en comparación con nuestros atuendos de hace tan sólo una semana. Todos con las mismas sensaciones y el mismo descoloque. El tiempo ha pasado demasiado rápido desde que nos conocimos aquel 22 de enero por la tarde, ansiosos por subir el telón y empezar con la función. Hemos cambiado, he cambiado.

Sentada en la terraza de un bar con mis amigas tomando una "cocacola", en un mundo desarrollado, en un mundo superficial, sin respeto, sin luchas por los ideales, por los derechos, un mundo consumista y preocupado por la imagen corporal. A mi lado había un grupo de jóvenes, quizás no llegaban a los 18 años o quizás sí y de repente me viene a la memoria el encuentro con los Jóvenes y recuerdo a Jaxell, de 14 años, probablemente 4 años más joven que aquellos que reían a mi lado, probablemente con 10 años más de madurez que aquellos que charlaban a mi lado e incluso probablemente con un grado de compromiso e ideales que alguno de ellos quizás no logre adquirir a lo largo de su vida.

Todo me recuerda a Nicaragua y todo lo comparo con aquella gran tierra, para bien y para mal y me da rabia. Me da rabia ver todo lo que tenemos a nuestro alrededor y no lo sabemos aprovechar, todos los medios de los que disponemos, las facilidades y las oportunidades, y sin embargo, dejamos que se vayan aún sabiendo que es posible que ese tren no vuelva a pasar.

Escucho mi canción, la canción que elegí para el cd que hicimos, aquella de Wyclef Jean con Niia que ansiaba por esuchar y escuchaba en el autobus rumbo a algún lugar desconocido, conducidos por el gran Rigo y extrañamente ya no suena igual, esas emociones y anhelo por mi tierra ya no me los produce, pero por alguna extraña razón, en algún momento de la canción comenzó a emocionarme ese toque de piano y esa dulce voz provocó pequeñas lágrimas en mi mejilla.

Sí, he vuelto a España y Nicaragua ya quedó atrás, en mi pasado y sobre todo en mi memoria. ¿Volveré? No lo sé, me gustaría, me encantaría, aún queda mucho país por descubrir, por ver y del que aprender. Su gente es impresionante, cada uno de ellos un ejemplo a seguir, una lucha de superación y de esfuerzo día a día y aún así, te regalan una hermosa sonrisa, una cálida bienvienida y su casa.



Así es Nicaragua, Nicaragüita que a medida que la conoces y te adentras en ella la quieres mucho más.

3 comentarios:

  1. me has echo emocionar!!!!!!!!!!!!!!!!! gracias sole!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  2. nada de esto no hubiera podido escribirlo si no hubieses estado allí con vosotros para vivirlo!!!! así que, gracias a vosotros!!!!!!!!

    ResponderEliminar