Otro momento que me marcó a lo largo de este viaje por Las Segovias fue el día que convivimos con los habitantes de Venecia, un pequeño pueblo situado en la zona de Cantagallos de unos 600 habitantes.
Desde lo alto del albergue donde dormíamos, por la noche se podía intuir la belleza que nos rodeaba, pero sólo hasta que no nos levantamos por la mañana y salimos fuera, no pudimos ver donde estábamos realmente.
Un pequeño pueblo rodeado de naturaleza, encajonado en un pequeño vallecito, con arboles y flores por todas partes y con casas muy humildes, que solo cuando nos adentramos en el pudimos comprender lo rico que era.
La simpatia de Francisca, miembro de la Brigada de Salud, y el humor de Victoria, encargada de tratar los casos de malaria, fueron solo dos historias que me marcaron. No importa el aspecto de sus casas o sus vestimentas. Nos acogieron con ternura, simpatia y una sonrisa de oreja a oreja. Su hospitalidad y sus ganas de compartir sus experiencias, vivencias y dia a dia fue impresionante.
Y los niños... dónde dejamos a los niños!!! Eso si que ya no tiene palabras. Jugar, jugar y mas jugar con ellos.
Desde lo alto del albergue donde dormíamos, por la noche se podía intuir la belleza que nos rodeaba, pero sólo hasta que no nos levantamos por la mañana y salimos fuera, no pudimos ver donde estábamos realmente.
Un pequeño pueblo rodeado de naturaleza, encajonado en un pequeño vallecito, con arboles y flores por todas partes y con casas muy humildes, que solo cuando nos adentramos en el pudimos comprender lo rico que era.
La simpatia de Francisca, miembro de la Brigada de Salud, y el humor de Victoria, encargada de tratar los casos de malaria, fueron solo dos historias que me marcaron. No importa el aspecto de sus casas o sus vestimentas. Nos acogieron con ternura, simpatia y una sonrisa de oreja a oreja. Su hospitalidad y sus ganas de compartir sus experiencias, vivencias y dia a dia fue impresionante.
Y los niños... dónde dejamos a los niños!!! Eso si que ya no tiene palabras. Jugar, jugar y mas jugar con ellos.
Sole, perdona que no te pueda contestar a diario pero como tu sabes, ando todo el día liado (a pesar de que dices que no hago nada). Estoy siguiendo, cuando puedo, tu blog y me sorprende el día a día, estais aprendiendo muy rápido a convivir en una cultura diferente, a adaptaros a una forma de vida diferente y me gustaría que aprendierais de ell@s, de que, aunque vayamos con la idea de, en un futuro, ayudarl@s desde nuestra España, también nosotr@s tenemos mucho que aprender de ell@s y de que tb pueden ayudarnos a nosotr@s... no desaprovecheis la oportunidad...
ResponderEliminarUn beso grande para todo el equipo y especialmente para ti desde Casar de Cáceres, Extremadura, España.
Venecia tiene algo... no se si es la simpatía de la gente, la tranquilidad que hay allí o la libetad que sientes al andar por la calle... No se... pero tiene algo que te queda dentro.
ResponderEliminarUn abrazo muy grande,
...y a seguir viviendo.
Pablooooooo!!! con pinchitoso algo así en el cuello y una cerveza en la mano esperando a montarte en la carroza de la peña no tienes ninguna credibilidad al decir que estás todo el día liado....jajaja!!!
ResponderEliminarHola manina!!!es impresionante, disfruta mucho esta experiencia que pasa mu pocas veces, hemos estado con Maria y te esta esperando,jajaja. Un besazo enorme!!!
ResponderEliminarPrima!!!!que guapa te veo con la niña en la foto, esta experiencia no la olvidarás nunca disfruta hasta el último segundo que aqui solo hay rutina..quiero ver todas las fotos!!un besito enorme y nos veremos en cáceres o en madrid, un besito enorme, te quiero mucho primi. esther núñez.
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